Simplemente cosas que me importan lo suficiente como para escribirlas y compartirlas.

30.3.06

ETA y yo (I)

La verdad es que cuando comencé a escribir este blog, no tenía muy claro no quién me iba a leer ni lo que iba a escribir. Según pasa el tiempo me doy cuenta de que me sirve no sólo para que todos mis amigos y familiares sigáis mi vida desde la distancia, tmbién está siendo un diario que de vez en cuando me gusta mucho mirar, y me está sirviendo para que me conozcáis todos mejor e incluso para conocerme mejor yo también a mí mismo.

Desde que leí la noticia del alto el fuego de ETA, no he dejado de recordar lo que ETA ha sido en mi vida, parece una tontería ya que nadie que me conozca pensaría que ETA ha influido lo más mínimo en mi vida de hecho, ni siquiera yo lo pensaba, pero el caso es que me he dado cuenta de que sí lo ha sido, paso a escibir mis recuerdos.

Mis recuerdos comienzan en 1.987 yo contaba con 9 años, casi 10. Primero fue hipercor, recuerdo verlo en la tele y preguntarle a mi madre ¿qué es ETA? por aquél entonces también teníamos el GRAPO y Terra Lliure, así que recuerdo que mi madre me intentó explicar lo que esta gente hacía, y si me explicó un porqué desde luego que no lo entendí. Fue fuerte, ver a gente de verdad, herida e incluso muerta por la tele, de hecho había niños como yo y mujeres embarazadas eso es lo que más recuerdo.

El mismo año, pero ya con 10 años, recuerdo que cuando mi madre me llevaba al colegio había mucho traseigo (yo pasé con el coche a menos de 1000 metros de esa casa cuartel) y en la radio escuchamos que había habido un atentado. Ya en clase, los profesores estaban preocupados, y jodidos, aunque éramos pequeños y no entendíamos bien qué pasaba, el hecho de escuchar ambulancias desde las 9 (hora de entrada) hasta la 1 (hora de salida) nos dejó a todos estremecidos y tristes. Una vez en casa, ni siquiera era consciente de que la casa cuartel estaba a cinco minutos de la mía, pero sí recuerdo que murieron varios hijos de guardias civiles, sus mujeres y por supuesto algunos guardias civiles.

Más tarde, ya con unos 14 años recuerdo ir a visitar a unos amigos de mis padres militares, la Academia General Militar en Zaragoza, y leer unos carteles que tenían en el garaje. Más o menos lo que decían es que vijilaran a sus familias, que no llevaran a sus hijos siempre por el mismo camino, que evitasen actos repetitivos y que tuvieran cuidado, se esperaba un atentado pronto en Zaragoza.

Poco más tarde, unos militares que iban a trabajar en una furgoneta del ejército sufrieron un atentado, a 10 metros de la mismísima Plaza del Pilar, a 20 metros de donde pasé años y años cogiendo el autobús para mi pueblo, todavía se pueden ver los agujeros de la metralla en un convento que hay justo enfrente. No estoy seguro, pero creo que algún amigo de mi padre o al menos conocido murió en ese atentado y algún otro quedó muy muy mal.

Empiezo a darme cuenta de que, ¡joder cualquier día puede tocarme a mí! es tremendo cuando uno descubre que si hubiera pasado por esa calle, por la que sin exagerar he pasado 1 millón de veces, en el momento inoportuno, podría estar muerto. Las casulidades quisieron que unos años después cuando dejé de coger el autobús porque me compré una moto, pasaba entre 2 y 4 veces al día por el parque que construyeron donde antiguamente estaba la casa cuartel.